La congregación de las Misioneras de Nazaret, fundadas por san José Manyanet y madre María Encarnación Colomina, hoy extienden su misión y carisma por los cinco continentes. En el año 2015, llegaron las primeras religiosas de la congregación al continente asiático, concretamente a Ende, siguiendo el imperativo de san Pablo: “Ay de mí si no evangelizara”.
Por inspiración del Espíritu Santo, las religiosas de Nazaret han sentido la llamada del Señor a salir y establecerse en nuevos lugares para difundir el Evangelio por medio de la educación.
Ende, ciudad alegre, reúne un grupo numeroso de estudiantes procedentes de diversas zonas de la región, familias jóvenes llenas de esperanza en un futuro mejor, mujeres y hombres arraigados en sus tradiciones y fieles a su fe. Admiradas por su variedad de culturas y colores, su sensibilidad musical, sus manifestaciones de piedad, su compromiso cristiano, “Nazaret funda sobre la roca de Ende», siguiendo la llamada a actualizar las palabras de Jesús “sobre esta piedra edificaré mi Iglesia…”
En Ende se vive hoy la misión y el carisma de Nazaret. La comunidad de Nazaret se ha convertido en casa de formación para nosotras, las jóvenes, procedentes de distintos pueblos y aldeas, que queremos seguir a Jesús en la gran familia de Nazaret.
Herederas de una historia y fieles al Evangelio, vivimos como en Nazaret: contemplativas en la acción, inmersas en nuestra cultura. En la comunidad nuestro ser y hacer se fundamentan en la oración y el trabajo realizados con la alegría y el gozo de una familia que se quiere; pero también en el servicio y en la misión hacia fuera, con los demás, tanto en el campus universitario como en la pastoral, la catequesis y los encuentros con otras congregaciones: “…y así, como piedras vivas que sois, formad parte de un edificio espiritual, de un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo”.